martes, 24 de enero de 2012

FRAGMENTOS VISUALES DEL CUERPO


Octavio Hernández Jiménez

1. Desde el auto se divisan en ciertas esquinas. Son instantes para los que pasan de largo y esperas eternas para esos seres estáticos. Tiempo real para los transeúntes y tiempo ficticio para “ellas”. Pueden pasar la noche moviendo un dedo o un abanico.

2. La intriga por esa espera lleva a que digan: El problema está en que ellas se exhiben y a medida que se sienten rechazadas se exhiben más. Se agranda la grieta social.

3. El territorio como lugar para el ejercicio del poder. Los poderes procuran su sepultamiento (deconstrucciones) al tiempo que las ciencias y el arte propenden por exploraciones e interpretaciones (construcciones).

4. Así ha sido y será pero, como lo advirtió Michel Foucault: “Los médicos no podrán hacer nada el día en que los enfermos se nieguen a mostrar sus heridas”.

5. En la metodología escogida, como artista, Jorge Eliécer Rodríguez agarra la cámara de fotografía y dispara, desde lejos. Descubre que, no se trata de un mundo inmodificable; está de frente a un proceso que se ha develado, a los ojos de los artistas, en distintos momentos de la historia y en cualquier lugar. Por ejemplo, en la Calle de la Penicilina de Manizales.

6. Las diferencias se captan en la repetición. Repetición con fracturas. En unas obras que enfocan este tema hay más fracturas que en otras. En ese grupo en que aparecen “ellas” a la espera, hay cuatro fracturas visibles, símbolo de otras fracturas simuladas.

7. Zapatos altos, símbolos de feminidad y convocatoria al deseo sexual. Las márilyn de nuestras esquinas, en vez de medias color humo y vena y mallas, exhiben precaria ropa llena de rotos.

8. Esos cuerpos y trapos son fisuras para nuestra sociedad. Ellas sentadas esperando. Siempre esperando.

9. El artista las fue transformando desde el enfoque lejano; luego, mucho más con las primeras fotocopias aunque, se amplíen las fisuras. Para nuestra sociedad hay que esconder las fisuras o se cree que se sanan tumbando ranchos y construyendo avenidas.

10. Pero, ¿cómo lograrlo si el tiempo y el espacio de “ellas” es aquí y ahora? No podría ser en un período futuro como lo es para el resto de individuos.

11. Hablan de la muerte de la geografía en un mundo cuya constancia es el cambio y la velocidad para asumirlo. Jorge Eliécer Rodríguez sacó a „esas personas‟ de su espacio natural y, con las sucesivas transformaciones, logró ubicarlas en un espacio estético. La sempiterna desterritorialidad del arte.

12. Llegan las pinturas basadas en fotos y fotocopias de esas fotos, con capas de pintura negra y blanca, aguadas amarillas y chorreaduras estimulantes del instinto sexual que, según M. Foucault, “es el productor universal del placer universal”.

13. Con la técnica y los procedimientos escogidos aparecieron Las Tres Gracias, lejos de las apariencias que les imprimieron el clasicismo, el barroco o el impresionismo. Personajes grotescos para una sociedad cerrada, y personajes especiales para los que “las” miran con otra mirada.

14. El que observa construye, con su visión particular, el objeto y el sentido. El que interpreta busca salvar las fisuras.



15. Las Tres Gracias como transformación final, en este proceso, sintetiza lo que Jorge Eliécer Rodríguez se propuso: llevar la deformación hasta la creación de nuevos seres; hasta la aceptación de una nueva realidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario